¿Qué es la consultoría estratégica de negocio?

La consultoría estratégica se define como un servicio profesional realizado por un equipo independiente. Esto quiere decir que el equipo de consultores externos ayuda a las compañías en proyectos de todo tipo: identificación de riesgos, oportunidades, mejora del desempeño empresarial o desarrollo nuevos planes y productos.

Los servicios de consultoría son muy amplios y tradicionalmente se han aplicado áreas como marketing y ventas, operaciones, innovación, transformación digital, gestión de personas entre otras muchas. Hoy en día, la consultoría estratégica ha evolucionado y se aplica también a proyectos relacionados con activos inmateriales, por lo que han surgido nuevas consultoras especializadas en este ámbito.

Ese es, precisamente, nuestro caso. En TrustMaker desarrollamos proyectos de consultoría estratégica para ayudar a las empresas a generar confianza y conectar los activos intangibles con el negocio. Lo hacemos a través de proyectos de confianza, reputación, cultura, liderazgo y sostenibilidad que impulsan modelos de gestión éticos, responsables y la creación de valor compartido.

Entendemos la labor de consultoría como un agente catalizador del cambio. Nos esforzamos por ayudar a la organización a abordar soluciones desde una nueva perspectiva, partiendo de la situación concreta y del momento de cada compañía. No decimos “lo que hay que hacer” sino que acompañamos en el viaje que definimos con el cliente. Y lo hacemos como su equipo extendido.

¿A qué nos referimos cuando hablamos de activos intangibles?

Cuando hablamos de intangibles nos referimos a todos aquellos activos que tienen la capacidad de generar valor pero carecen de forma física o corporeidad.

Para la Real Academia Española son aquellos activos “compuestos por derechos como patentes y marcas, que no se concretan en bienes materiales, pero tienen valor liquidativo”.Sin embargo, hace décadas que esta definición ha evolucionado a un concepto más integral que incluye activos como: la marca (nombre, logotipo, identidad); reputación (la percepción que las personas tienen sobre una entidad en un momento determinado); conocimiento organizacional (el know how operativo, los procedimientos y la capacidad de innovación), las relaciones y/o las redes y alianzas de cualquier organización.

En TrustMaker creemos que la confianza es el intangible más poderoso, por su capacidad de activar comportamientos positivos y recurrentes hacia una empresa u organización. De hecho, hemos diseñado un modelo capaz de conectar todos los activos intangibles para generar confianza y retroalimentar el negocio. En él, distinguimos dos categorías:

Activos generadores de la confianza:

Reducen la incertidumbre sobre una compañía y explican por qué merece la pena confiar en ella. Son el propósito, valores, compromisos, marca y reputación.

Activos potenciadores de confianza:

Generan las condiciones y aportan certezas o hechos que refuerzan el sentimiento de confianza, ya que nos ayudan a entender que hicimos bien al confiar en ella. Entre ellos se incluyen el cumplimiento o conjunto de procesos que rigen una organización, la sostenibilidad o negocio responsable, las relaciones, la cultura o el liderazgo.

Lo más importante de estos conceptos es que no son territorios independientes. Las compañías que deseen generar confianza no pueden gestionarlos de forma individual. Es necesario entender que funcionan como un “todo” e integrarlos de manera colaborativa para que sumen valor al negocio y a la compañía.

¿Cuáles son los activos intangibles más importantes?

A simple vista puede parecer que todos estos intangibles son confusos y sus barreas se difuminan entre unos y otros. Una forma de aclarar estos conceptos es la siguiente:

Confianza: creer que la otra persona/ empresa u organización va a cumplir lo que ha prometido o lo que esperamos de ella. Entre sus ventajas destacan: aumenta la recomendación, mejora y alarga la relación con los grupos de interés, genera tranquilidad y seguridad, aumenta la velocidad de los acuerdos etc.
Propósito: es la definición de por qué y para qué existimos, es el “fin último” por el que una organización existe. Entre sus bondades destaca: aclara qué somos y qué no, es capaz de unir los empleados de una compañía por un fin superior y conecta el negocio con el bien común.
Reputación: es el reconocimiento del comportamiento de la empresa por parte de sus grupos de interés de forma sostenida en el tiempo. Entre sus bondades está la de ayudar a predecir el comportamiento de una organización, generar actitudes positivas e influir para que se genere la relación de confianza.
Cultura: es el conjunto de creencias que están presentes en una empresa u organización, es la “esencia” que se hace palpable a través de los comportamientos de sus empleados/as. La cultura de una empresa concreta cómo es, cómo hace las cosas.
Relaciones: es la conexión de una organización con sus stakeholders en la que la empresa demuestra su intención de generar confianza y velar por lo que es importante para ellos (clientes, accionistas, empleados, proveedores etc.) más allá de los intereses corporativos.
Marca: es la promesa de la organización. Es capaz de generar un vínculo emocional y dota de una identidad diferenciadora a los productos o servicios de un mercado.
Sostenibilidad: es, quizá, uno de los que más ha evolucionado en los últimos tiempos (pasando de os primeros enfoques filantrópicos a la ESG considerada por inversores y regulador), convirtiéndose hoy en la base del cambio de los modelos de negocio. De forma general entendemos por sostenibilidad empresarial la integración de consideraciones económicas, sociales y ambientales en la estrategia, con el objetivo de generar valor y garantizar el desarrollo de la empresa en el medio y largo plazo, así como contribuir al bienestar de las personas y el planeta.

Entonces ¿cuál es la diferencia entre confianza y reputación?

La reputación y la confianza son dos conceptos estrechamente relacionados que pueden parecer muy similares, aunque no lo son. Si pensamos en la perspectiva empresarial, ambos son activos intangibles que pueden influir positiva o negativamente en las decisiones que se toman en relación con una organización.

La reputación es el resultado de las percepciones, opiniones y evaluaciones que las personas tienen sobre una entidad en un momento determinado. Sirve de antesala para poder confiar, se basa en la percepción que tenemos sobre algo y nos abre o cierra la puerta para poder confiar en una organización.

La confianza es el sentimiento que se produce cuando creemos o pensamos que la otra parte, la empresa en este caso, va a cumplir la promesa que entre ambos se ha establecido. Es un nexo que conecta lo “que sentimos” con lo que “hacemos”, ya que cuando confiamos desaparece el miedo y las barreras que frenan el comportamiento. Se activan acciones positivas y recurrentes hacia la organización que la ha generado, por ejemplo: comprar un producto de una marca, trabajar en una empresa o abrir una cuenta en un banco determinado.

La reputación es un concepto asentado en el ámbito empresarial mientras que la confianza despunta como uno de los intangibles más genuinos (siempre se ha vinculado a las relaciones personales y no en la esfera corporativa). Según algunos estudios, la confianza es más poderosa ya que activa hasta un 30% más de comportamientos positivos hacia una entidad.

¿Por qué es importante gestionar los activos intangibles de forma profesional?

Su inmaterialidad, la dificultad para establecer sistemas de medición y valoración, las fronteras poco claras y a veces indivisibles entre marca, reputación, cultura o sostenibilidad —entre otros aspectos—, hacen que haya compañías que no aprovechen toda su capacidad de gene­rar valor.

Sin embargo, el hecho de que sean difícil de cuantificar no significa que no existan o tengan un impacto en la organización. Así, el gran reto que las empresas tienen por delante es conectar tangibles con intan­gibles para multiplicar el valor de su negocio.

Los activos intangibles son valiosos porque contribuyen al desempeño y a la ventaja competitiva de una empresa. Su gestión adecuada y su protección son fundamentales para el éxito empresarial a largo plazo.

¿Cómo puede la consultoría estratégica impulsar los activos intangibles de una organización?

Las técnicas aplicadas en consultoría son diversas y dependerán de cada proyecto. Es, precisamente, en las metodologías y en su “saber hacer” donde radica el éxito y la innovación de cualquier consultora.

En TrustMaker pensamos que cada compañía y cada reto es único. Por eso, creamos metodologías diferenciales y a medida para cada proyecto. De forma resumida, trabajamos sobre tres ámbitos que nos ayudan a poner todos los intangibles al servicio de la compañía y del negocio:

Métricas:

  • Evaluamos la confianza, la reputación, la cultura y la marca de las organizaciones traduciéndolos a cifras e indicadores que sean compatibles con otros indicadores financieros y estratégicos.
  • Creamos cuadros de mando que permiten integrar datos y convertirlos en información que ayude a la toma de decisiones en materia de comunicación, reputación, sostenibilidad o cualquier otro activo intangible.
Inteligencia competitiva:

  • Analizar tendencias sociales y de regulación que mitiguen la aparición de riesgos y permitan aprovechar las oportunidades mediante nuestra metodología Trends & Insights.
  • Condensar y extraer aprendizajes estratégicos de informes comparativos de sector y/o competencia
  • Realizar análisis estratégicos del contexto empresarial y social, acompañados de soluciones de valor propuestas por nuestro panel de expertos. Es lo que denominamos Consejo TrustMaker.
Proyectos de consultoría estratégica: ya sea para crear, potenciar o recuperar la creación de valor de los activos intangibles que hemos mencionado anteriormente. Algunos ejemplos son:

  • Ayudar a una organización a definir y activar su propósito, misión, visión y valores
  • Acompañar a las empresas a establecer su cultura propia y aterrizarla en comportamientos internos, externos y propuesta de valor.
  • Definir planes de mejora de la relación y confianza con grupos de interés (empleados, clientes, agentes y aliados)
  • Establecer planes que impulsen la reputación positiva de empresas o líderes.
  • Colaborar en la definición de estrategias de negocio responsable que integren aspectos ESG.
  • Asesorar a las organizaciones, tras una crisis, para recuperar la confianza de sus grupos de interés.

¿Existen ejemplos de proyectos de este tipo?

Sí, contamos con algunos casos de éxito de proyectos que hemos realizado. Poco a poco vamos actualizando la sección de inspiración con novedades. Descubre en este enlace los casos de empresas como Repsol, Mahou San Miguel o Asterion Industrial Partners.

¿Tienes más dudas o quieres hacernos una consulta?

En TrustMaker creemos que existe una gran oportunidad y ventaja competitiva para aquellas organizaciones que aprovechen el valor de los activos intangibles y sepan conectarlo con el negocio.

Si tienes cualquier pregunta sobre la gestión de activos intangibles, la confianza y cómo desde la consultoría estratégica podemos ayudar a impulsar estos aspectos, escríbenos a hola@trustmaker.es.